Tras lo que ECC Ediciones ha llamado Grandes Autores de Batman, la editorial nos trae en una segunda edición Batman: Año Uno, la obra maestra de Frank Miller y David Mazzucchelli que originalmente se publicó entre 1986 y 1987 en los números 404-407 de la serie regular de Batman, y que básicamente recrea el mito del Hombre Murciélago desde una perspectiva contemporánea.
El cómic narra dos historias simultáneas que se entrecruzan. Por un lado, cómo un joven Bruce Wayne de veinticinco años adopta la personalidad de Batman y da sus primeros pasos como el defensor de la ciudad de Gotham, haciéndose un lugar en la misma; y por otro, la llegada del Teniente James Gordon a la corrupta policía de Gotham.
El relato nos muestra de forma paralela la evolución de ambos protagonistas a lo largo de once meses. Vemos cómo inicia Batman su cruzada y comete sus primeros errores, aprendiendo de ellos, y cómo intenta Gordon mantenerse íntegro enfrentándose no solo al abundante crimen que infesta la ciudad, sino también a la corrupción de sus propios compañeros, todo ello mientras intenta mantener una vida con su esposa en una ciudad de locos.
Pero estamos ante dos héroes dispuestos a marcar la diferencia, y aunque en su cruzada se toparán con individuos de la peor calaña dispuestos a echar por tierra sus planes (el Detective Flass, el Comisario Loeb o Carmine Falcone), encontrarán el apoyo necesario en personajes como Alfred, eterno mayordomo de la familia Wayne, el entusiasta fiscal del distrito Harvey Dent, o la sugerente Detective Sarah Essen.
Se trata de una obra fluida, sutil y precisa. Una narración donde cada página es una delicia. Miller potencia los tintes realistas para lograr humanizar a los protagonistas, y de paso simpatizar con el lector. Mazzucchelli, por su lado, realiza un asombroso despliegue de recursos. Con un estilo realista como base, encuentra el equilibrio perfecto entre la profusión de detalles y la economía de líneas y trazos, mostrando una habilidad para la composición de página y el sentido del ritmo que roza la perfección. El colorista Richmond Lewis está a gran nivel, empleando los tonos oscuros, complementándose con el estilo de Mazzucchelli y contribuyendo de forma decisiva a la sensación de realismo que impregna la obra.
La trama, perfectamente estructurada, transcurre con un ritmo envidiable, manteniendo en todo momento la atención del lector sin que su interés sufra ningún tipo de altibajo. En cuanto a los diálogos, están a la altura de la obra ,logrando captar en apenas un par de viñetas los rasgos definitorios y diferenciadores de cada personaje.
Pero Año Uno también representa la demostración empírica de la fórmula, pocas veces llevada a la práctica, según la cual el resultado final es mayor que la suma de las partes. Han pasado mas de 20 años desde su publicación, y que ECC Ediciones nos vuelva a traer esta obra maestra e imprescindible para cualquier seguidor del Caballero Oscuro es solo de agradecer. El cómic, pese a los años sigue estando tan fresco, sugerente y satisfactorio como el primer día. Una compra obligatoria para todo buen aficionado al noveno arte.