En estas pequeñas reseñas os iré contando más que un análisis sobre los cómics que salen cada semana, un poco acerca de quién los hace realidad, escritores y dibujantes, productores y en general, artistas que poco a poco ayudaron a generar este complejo multiverso llamado DC.
Y para el primero de estos protagonistas he elegido a Adam Hughes, uno de mis artistas favoritos en el mundo de la ilustración.
Adam Hughes (1967). Americano e ilustrador de cómics que ha trabajado para muy diversas compañías de la que nos centraremos en la homóloga a la página en la que escribo.
Dentro de su estilo, cosa más destacada dentro de sus diseños, acentúan sus figuras femeninas por encima de los hombres, dotándolos de un marcado estilo pinup del que resaltaremos a sus particulares Catwoman y .Wonder Woman.
Una curiosidad en este punto es que Adam Hughes toma en ocasiones modelos reales a la hora de crear sus personajes. Un claro ejemplo de ello es la ya mencionada Catwoman, quien tuvo como modelo original a Audrey Hepburn.
Metiéndonos más en su carrera como ilustrador, fue en 1989 cuando empezó a realizar sus primeros trabajos para DC Comics, realizando las cubiertas de La Liga de la Justicia, pasando finalmente a solo realizar portadas, labor que fue realizando de manera puntual hasta nuestros días con otras diversas obras de la editorial.
De esta forma, a finales de 1998 y durante cinco años, Hughes ilustró las portadas de Wonder Woman y terminando con sus ilustraciones de Catwoman en el año 2010.
Mientras tanto, en 2006-2007, trabajó para 52, publicación semanal que surgió tras la conclusión de Crisis Infinitas, apareciendo en la semana número 12 con Wonder Woman y en la 36 con Power Girl.
Y el motivo por el que su trabajo es tan escaso (comparado con otros ilustradores) y tan disperso en el tiempo, es su forma de trabajar, llegando a tardar en algunas de sus ilustraciones hasta diez meses. Y es que su forma de dibujar es la siguiente: tratándolos de forma individual, como obras de arte.
Empezando todos sus diseños en formato papel (algo más rugoso que el normal), el grosor del grafito que emplea varía según a quién le preguntes, aunque en su página web se puede leer que el lápiz que usa es un “6B”, siendo esta la opción con la que nos quedaremos. Aquí los diseños suelen estar en escala de grises, salvo alguna enfatización de color (por ejemplo, pintando los labios de una mujer de rojo o los ojos de azul), y finalmente este trabajo se digitaliza y se colorea.
Las poses de Adam suelen ser muy naturales, y las miradas de sus personajes muy cercanas. Como ya hemos dicho, para muchas de sus ilustraciones usó modelos, y aunque esto facilita mucho el trabajo a la hora de encontrar mayor realismo, nadie lo ha realizado de una manera tan magnífica como Adam Hughes.
En conclusión, según mi punto de vista, Adam no ha creado un estilo, pero sí loha perfeccionado y lo ha llevado al campo del cómic como nunca antes lo había hecho nadie con anterioridad, llevando sus portadas a la categoría de obras de arte y pudiéndose ver en cualquier museo del mundo sin que estas desentonaran lo más mínimo, siendo a mi modo de pensar uno de los mejores ilustradores en el ámbito cómic de todos los tiempos.