De verdad, y lo siento por los fans de Flecha Verde, tan de moda ahora gracias al éxito de la serie de televisión Arrow, pero hacía tiempo que no leía unas páginas de cómic tan confusas. Hablo de Green Arrow: Triple Amenaza, el primer tomo que publica ECC Ediciones recopilando el material de la nueva serie USA del personaje dentro de los Nuevos 52.
Curiosamente, y para comenzar con la confusión, ECC se ha saltado los primeros seis números de la serie, siendo el primer material que nos llega el que contiene los números del 7 al 13, con guión de Ann Nocenti y dibujos de Freddie Williams II, Harvey Tolibao y Steve Kurth. En el posterior tomo se incluye también, además de la continuación, el número 0, así que desconocemos si en u movimiento extraño, ECC pretende ir metiendo esos seis números que faltan de forma suelta en posteriores tomos, aunque lo dudo.
De todos modos, y aunque nos hayamos perdido las primeras andanzas del personaje por el nuevo Universo DC, más allá de sus intentos por entrar en la Liga de la Justicia en la serie homónima, las primeras páginas de Triple Amenaza son suficientes para darnos cuenta de que este nuevo Flecha Verde ha sido renovado por un lado para parecerse lo máximo posible al de la serie de la televisión, y por otro para intentar dar un empujón a un personaje que siempre ha estado en segundo plano.
Y es que Flecha Verde, pese a haber contado con historias memorables a manos de Kevin Smith o Mike Grell, por poner un par de ejemplos, siempre se ha visto relegado a una segunda fila, a ser un personaje de apoyo al que solo acababan siguiendo aquellos que, por una razón u otra, se proponían ahondar en su pequeño universo. A pesar de esto, los fans no dudamos del hecho de que Flecha Verde siempre ha sido uno de los grandes, pero DC Comics ha querido cambiar esa tendencia minoritaria en los Nuevos 52 para llegar a un público más amplio, aprovechando indudablemente el éxito de la serie de televisión. Por ello, aquí vemos a un Oliver Queen renovado, sin su clásico aspecto de veterano con perilla, y más bien como un joven atlético más activo e inexperto. Eso sí, se mantiene esa personalidad creída, soberbia y engreída de un mujeriego vividor que tan bien ha caracterizado al personaje a lo largo de su historia.
Entrando de lleno en el argumento del tomo, nos encontramos ante tres historias que tienen sus puntos fuertes y sus puntos débiles. La primera historia es, para mí, la peor de las tres, un sin fin de hechos confusos que se suceden con saltos y vacíos que no hacen más que ayudar a que el lector se pierda. Para que os hagáis una idea, casi lo mejor es la presencia de los cuerpos esculturales de unas bellas trillizas, virtud por la cual consiguen engatusar a Queen hasta el punto de que el superhéroe mantiene un breve romance con una de ellas. Entre las tres, haciendo uso de clásicos armas de mujer, secuestran a Oliver, y se descubre que detrás se esconde su padre, un tarado que se dedica a explotar las minas de su territorio y a crear mutaciones robóticas de animales. Engaño para arriba, engaño para abajo, Oliver sale del lío del mismo modo que entró, y al final solo sacamos en claro que el tiempo que ha estado secuestrado ha servido para perder sus participaciones en la empresa de su padre.
La segunda historia es mucho más entretenida y, siendo malvados, también de más interés y trascendencia para la historia del personaje, pero igualmente floja. Tras volver de su secuestro y perder la empresa, Oliver Queen viaja a China para intentar recuperar las acciones perdidas, compradas por un mafioso de gran poder en el país asiático. Este guión incluye elementos de las clásicas películas ochenteras de artes marciales y mitologías orientales, a caballo entre lo mágico, lo supersticioso, lo sobrenatural, la acción y la serie B.
Finalmente, Nocenti nos presenta una historia de una organización que convierte a la gente que ya no tiene ganas de vivir en robots que cumplen órdenes y se someten a sus amos, algo así como un suicidio en vida. Claramente, esta historia busca tocar la fibra sensible o impartir una lección moral, pero no se me ocurre un término que pueda definir lo lejos que está el guión de conseguirlo.
Pese a la apariencia más atractiva de las dos últimas historias, el nivel no sube los suficiente como para que podamos considerar este tomo como algo decente. El guión de Nocenti es pobre, lleno de agujeros inconexos, y aunque la idea es buena, no está bien plasmada ni por asomo. Parece escrito por un principiante que no sabe hilar, que olvida detalles y que deja historias inconclusas por meras incongruencias en su propio desarrollo. Tampoco parece un acierto su visión del nuevo Flecha Verde, un joven pasota que solo se preocupa de sí mismo, superficial y con un humor simplón que a veces te da ganas de poder darle una colleja por capullo e ingenuo.
Afortunadamente, la calidad de los dibujos está muy por encima del apartado narrativo, y cualquiera de los tres dibujantes nos regala, en cada una de sus historias, unos momentos muy destacables llenos de detalles, cada uno en su propio estilo. Hay puntos de mejora, especialmente en los momentos de acción, pero si algo hay que destacar de estos cómics es su dibujo, lo que casi nos hace obviar lo que no nos gusta de él.
En definitiva, y pese a lo comentado en el último párrafo, ni os acerquéis a este tomo. Es un consejo que muchos agradeceríais haber recibido si ya tenéis la desgracia de haber gastado vuestro dinero en algo que no aporta nada de valor. Por suerte, tras esto llega la etapa de Jeff Lemire en la serie, que pronto reseñaremos, y que sube el listón hasta el punto que el personaje se merece.