Lo ocurrido con lo que aquí nos ocupa es, cuanto menos, curioso. El relanzamiento de DC Comics llevado a cabo bajo la iniciativa de los Nuevos 52 abre un mundo prácticamente infinito de posibilidades a los guionistas, poniendo a su disposición todos los personajes del catálogo de la editorial para presentarlos de nuevo en un formato más moderno y diferente según gustos y predilecciones.
Sin embargo, en esta ocasión, no solo han optado por recuperar a un personaje de quinta o sexta fila, sino que además lo han convertido en protagonista de su propia serie, un movimiento arriesgado que aparentemente no tiene demasiado sentido, pero que quizás se entiende cuando uno reconoce el peso de todos los secundarios que se mueven alrededor. Suponemos que el hecho de que la editorial se haya decidido a probar con esto, es que tras la serie se esconde Geoff Johns, habitual garantía de calidad y/o éxito, al que acompañan un buen número de creativos de renombre como Andrew Kreisberg, Sterling Gates, Andrés Guinaldo, Fabiano Neves, Manuel García y Pete Woods.
Entrando en materia, Vibe es el nombre en clave de Cisco Ramón, un joven de lo más normal que consigue un gran poder de forma indirecta con motivo del intento de invasión de la Tierra que lleva a cabo Darkseid, proceso en el que muere uno de sus dos hermanos, y que pudimos ver en los primeros números de la Liga de la Justicia. Obviamente, el primer actor secundario es la propia JL, a cuyos personajes y serie propia se hacen referencias constantes. El segundo actor secundario importante es la organización A.R.G.U.S., que recluta a Cisco para convertirlo en Vibe, utilizando sus habilidades para detectar a seres que vengan de otras dimensiones y, de paso, mantener vigilado su gran poder y reconducirlo para su beneficio. El tercer gran actor es la Liga de la Justicia de América, que se crea en estas páginas y de la que Vibe pasa ser miembro fundador junto a otros miembros como el Detective Marciano o Hawkman, por nombrar a un par de ellos.
A partir de esta premisa, con todos estos elementos relatados, entran en juego una serie de patrones típicos que ya estamos muy habituados a ver en el nacimiento de nuevos héroes. Cisco pertenece a una familia de nivel medio-bajo, rota por el fallecimiento del hermano mayor. De la madre no sabemos nada, el padre ha quedado muy tocado y el otro hermano vive en un completo estado de pasotismo hacia la vida. La necesidad de salir de este agujero, el recuerdo de superar una infancia difícil, y el deseo de hacer lo que su hermano muerto habría querido para él, empujan a Vibe a aceptar sus nuevas labores como superhéroe trabajando para A.R.G.U.S., una organización dirigida por una despiadada Amanda Waller que se acaba descubriendo como un grupo sin escrúpulos a la hora de acabar con los invasores interdimensionales. Estos medios tan drásticos, y el descubrir que está siendo utilizado, acaban por hacer que Vibe, apoyado por su hermano, decida actuar según sus instintos, mordiendo la mano que le da de comer y resultando en lo que A.R.G.U.S. tacha de traición.
Toda la historia se relata desde el punto de vista de un joven que está descubriendo un mundo nuevo, un mundo fuera del alcance de prácticamente cualquiera, y que además es inexperto y comete errores. Cisco no ha pedido tener esos poderes que le han sido impuestos por casualidad, y no le queda más remedio que adaptarse e intentar utilizarlos de la mejor forma posible. También se hace mucho hincapié en la actitud seria, implacable y sin corazón de Waller, que no dudará en eliminar a todo aquel que se interponga en su camino, ya sea aliado o enemigo. Esta actitud destaca aún más si cabe gracias al lado más amable de su subordinado Dale Gunn, un tipo que acata órdenes de forma impecable, pero que en realidad tiene una serie de valores que no casan demasiado con las actividades que lleva a cabo.
Además, como hecho que aporta aún más valor a toda la trama, se desvela el motivo por el cual Darkseid decidió iniciar una invasión a gran escala de la Tierra, algo que no os contaremos aquí, así que tendréis que leeros el tomo (o indagar un poco por internet).
Partiendo de esto, tenemos a un Vibe que que lleva a cabo lo que al principio parece fruto de la inexperiencia o la insubordinación, pero que se acaba desvelando como la defensa de unas valores ante la siempre cuestionable premisa de “el fin justifica los medios”. Y los guionistas lo hacen bien, muy bien, con un desarrollo que se lleva a cabo de forma paulatina, mezclándolo sabiamente con la presentación de nuevos elementos y personajes, y aportando elementos que enganchan al lector y le dejan con ganas de más.
El hecho de que el apartado gráfico muestre también una calidad por encima de la media, obviamente, ayuda al conjunto final. Los dibujos son serios, claros a la par que detallados y con un regusto a espectacularidad cinematográfica. Desde luego, no tienen nada que envidiar a cualquier serie principal que se tercie, y aunque seguramente nadie destacará estas páginas por su arte, el lector final sí se quedará con un buen sabor de boca.
Como decimos, y pese a no ser nada nuevo, el que quizás sea el punto fuerte de la serie es precisamente la combinación de todos estos elementos ya conocidos, que se unen a una estupenda forma de llevar de forma simultánea el desarrollo de la historia de Cisco con la introducción de gran cantidad de elementos del resto del nuevo Universo DC. Y eso sin abusar, algo que no no es fácil, y sin contar el gran abanico de posibilidades que abre el hecho de que tanto Vibe como A.R.G.U.S. se dediquen a dar caza a viajeros interdimensionales. Con un poco de imaginación e inteligencia, de ahí puede salir cualquier cosa, desde geniales nuevos personajes, hasta versiones de grandes clásicos.
Sin embargo, el desarrollo de esas posibilidades es algo que no llegaremos a ver en exceso, porque aunque este Vibe: Un Origen No Tan Secreto, en el que ECC Ediciones recopila los seis primeros números, tendrá una continuación (o eso esperamos), la serie original ha sido cancelada la semana pasada en Estados Unidos tras publicarse el número 10 debido a las bajas ventas. Una pena, porque una vez más, una serie con potencial que busca un camino diferente se estrella de bruces por no estar protagonizada por “uno de los grandes” o no seguir la senda marcada por las principales series.