[Reseña] Batman y Robin: Caballero Oscuro Contra Caballero Blanco

Batman y Robin Caballero Oscuro Contra Caballero Blanco

En este tomo Batman y Robin: Caballero Oscuro Contra Caballero Blanco, publicado por ECC Ediciones, somos capaces de leer los números 17-22 de la serie original Batman and Robin USA, recta final al reinicio del Universo DC con los Nuevos 52.

En estos números somos testigos del primer material de la serie que no ha sido escrito por Grant Morrison, que cede su trono primero a Paul Cornell, con dibujos de Scott McDaniel, y a Peter J. Tomasi después, con dibujos de Patrick Gleason. Como ya sabréis muchos, estos dos últimos han acabado siendo los dos responsables del nuevo comienzo de la serie en los actuales Nuevos 52.

La primera pareja, formada como decimos por Cornell y McDaniel, nos presenta una historia de tres números, desde el 17 al 19, bastante insulsa e intrascendente. Recordemos que, en este punto de la cronología del murciélago, Batman ha estado desaparecido en combate y su manto lo ha heredado el ex-Robin y ex-Nightwing Dick Grayson. Cornell intenta presentarnos una complicada dinámica entre un Batman que no es Batman, pero que ha sido Robin, y un Robin la mar de difícil como es Damian. Ese es el legado que ha dejado Morrison, y no es algo fácil de manejar así de primeras, más teniendo en cuenta que hay que mantener cierta coordinación con el resto de bat-series.

Como decimos, la trama y el desarrollo de este primer arco argumental del tomo son ligeramente anodinos, fruto quizás de la necesidad de un material de relleno hasta la llegada del que sería el equipo creativo definitivo. Cornell intenta mantener el nivel y la dinámica entre los dos personajes principales tal y como la creó y la desarrolló Morrison, y aunque la base sigue ahí, el listón es demasiado alto para lo que Cornell puede alcanzar. Eso sí, gran dibujo el de McDaniel, que demuestra que en los últimos tiempos es muy complicado encontrar algo en una serie de Batman que no esté a la altura de lo que quiere ver un fan.

El segundo arco ya es otra cosa, pero más por las bases que establece y la línea que se seguirá en el futuro, que por la calidad e interés que despierta la historia en sí. Tomasi nos presenta al Caballero Blanco, un poco original intento de presentar a otro vigilante que intenta hacer lo mismo que Batman pero con unos métodos bastante más agresivos.

Batman y Robin: Caballero Oscuro Contra Caballero Blanco

Lo interesante del comienzo de esta pareja creativa, seguramente a sabiendas de que continuarán con la serie tras el reinicio, es esa pauta que comienzan a marcar de aumentar el foco en los lazos familiares. Sabemos que a posteriori será muy importante la relación paterno-filial entre Bruce y Damian, ¿pero qué pasa con el resto de miembros de la familia, ya sean adoptivos o no? Hablamos obviamente de Dick Grayson, pero también de Tim Drake, de Alfred o incluso de Jason Todd. Todos ellos han vivido cosas juntos, cosas buenas y malas, cosas importantes, y ello les convierte en una gran familia que tiene sus más y sus menos, pero que a la hora de la verdad se mantiene unida. Eso es lo que comenzamos a ver aquí, y eso es lo que continuará haciendo Tomasi en el futuro.

Por su parte, los dibujos de Gleason se presentan con un estilo bastante distinto a los que acabamos de ver de McDaniel, menos detallados y quizás menos espectaculares. Sin embargo, dado que la narrativa también ha sufrido cambios, el apartado artístico se mantiene dentro de lo aceptable y se complementa bastante bien incluso pese a las diferencias con la línea que se venía manteniendo en la etapa de Morrison.

En definitiva, un tomo más continuista que otra cosa, que no desataca por su calidad ni por su trascendencia, pero que continúa una etapa memorable como la de Morrison a la par que sirve de base para la gran colección que es la Batman y Robin de hoy en día.