La verdad es que cuesta hacer una reseña de un tomo, aunque sea pequeño, cuando este contiene una introducción tan completa y tan bien redactada. Aún así, voy a intentar contar un poco de qué va y cómo es este Superboy: Legión, un «Otros Mundos» que contiene los dos números de la miniserie original Superboy’s Legion.
Muchos se fijarán en los nombres que aparecen en portada, puesto que el guión corre a cargo de Mark Farmer y los dibujos son de Alan Davis, y eso es garantía de calidad. Si además añadimos elementos como el hecho de estar fuera de la continuidad del Universo DC, el hecho de contar unos orígenes algo trastocados de la Legión de Superhéroes, y el hecho de que este cómic está cargado de principio a fin de un suculento sabor a Edad de Plata, entonces es seguro que muchos fans sentirán curiosidad (cuanto menos) por echarle un vistazo.
Supongamos que, en lugar de estrellarse en Smallville en la época actual, la nave de Kal-El es encontrada en el futuro, unos mil años después. El Último Hijo de Krypton crece en una Tierra ligada ya a una sociedad interplanetaria, aunque mezclado con su propia admiración por los superhéroes clásicos del pasado, ya desaparecidos.
Superboy es un chico difícil de «atar», y siempre está bajo la atenta vigilancia de la Policía y de su padrastro, intentando contener así los poderes, el alcance de estos y la propia curiosidad del chaval. Aún así, esto no evita que, cierto día, Kal-El decida salir al espacio y crear su propio grupo de superhéroes para combatir el mal. Tras un casting, nace la Legión, en la que según acontecimientos habrá bajas, adhesiones posteriores y una evolución de sus comportamientos, objetivos y estrategias.
Obviamente, la Legión se enfrenará a un gran peligro que amenaza con destruir el universo, siguiendo ese clásico guión en el que primero salen derrotados, piensan en abandonar, sufren una inyección de moral, aprenden de sus errores y salen victoriosos a base de casta, determinación, valentía y compañerismo. Todo un clásico dentro de las aventuras de superhéroes, pero que no por ello se presenta como algo aburrido. El guión nos lo cuenta todo de forma paulatina, pero sin descanso, no dando tiempo a que el lector se pierda en nimiedades. El cómic está lleno de acción, y pese a contar con solo dos números, Farmer no se precipita hacia un desenlace, sino que nos proporciona la sensación de que todo ocurre todo al ritmo adecuado y a su debido tiempo.
Podríamos decir que es complicado presentar en solo un par de números a todo un universo alternativo, a un personaje principal, a decenas de personajes secundarios (y todos con su importancia y su momento de gloria), una trama principal con varias sub-tramas, una conspiración y un malvado villano que permanece oculto hasta el final. Sin embargo, Farmer lo hace a la perfección, sin descanso, sin confusión, coherentemente, reclamando atención y sin provocar aburrimiento. Y además, por si no fuera poco, se las apaña para que este cómic haga a la vez de homenaje a los clásicos de la Legión y de vuelta de tuerca a lo que ya conocíamos. Un crack.
Pero para crack, nuestro querido y adorado Alan Davis, que vuelve a hacer gala una vez más de su talento para el dibujo y de su capacidad de adaptarse a la historia, al guionista y a los personajes de turno. En este caso, cumple con las difíciles tareas de mezclar el futuro con el carácter adolescente e inocente de la mayoría de personajes, y recordemos que son muchos, muchos personajes, siendo Davis totalmente capaz de otorgar personalidad visual a cada uno de ellos por separado. El dibujante plasma perfectamente lo que nos cuenta Farmer, aprovechando el poco espacio de la miniserie y estando a la altura en los momentos tranquilos como en los de mucha acción, sea en el escenario que sea, tanto en una ciudad futurista como en el espacio profundo.
En definitiva, y para sorpresa del que escribe, Superboy: Legión se presenta como una lectura muy agradable, llevadera y muy entretenida, que rebosa calidad gracias al loable trabajo de sus autores, y que se puede disfrutar sin esfuerzo y sin conocimientos previos de ninguno de los personajes incluidos o el Universo DC en general.