Complicado sistema, del que no soy partidario, el de dejar de lado las colecciones regulares para publicar en un mismo tomo un cruce entre varias cabeceras. Eso es lo que ha sucedido con Green Lantern: Apagón, en el que ECC Ediciones ha recopilado los números 24 USA de Green Lantern, Green Lantern Corps, Green Lantern: New Guardians y Red Lanterns, además del segundo anual de Green Lantern.
Siendo lo que es, en el tomo podemos ver el trabajo de todos y cada uno de los autores de las diferentes series regulares nombradas en el párrafo anterior, juntando así en un mismo libreto a guionistas como Charles Soule, Justin Jordan, Robert Venditti y Van Jensen; y a dibujantes como Alessandro Vitti, Bernard Chang, Billy Tan y Brad Walker.
La historia gira en torno a un pseudo-villano llamado Relic, de esos tan de moda ahora que parecen seguir una filosofía aceptable que pretenden alcanzar con métodos, cuanto menos, cuestionables. El caso es que Relic afirma venir de un universo anterior al actual que fue destruido involuntariamente por los Lantern a causa de agotar todo la energía del espectro emocional con sus anillos, algo que ahora pretende evitar. En esta tesitura, todos los Lantern deben unirse de nuevo para evitar que Relic destruya las baterías y que la energía no sea drenada, pero actualmente se encuentran en horas bajas y con sus anillos al borde de la inutilidad y sin posibilidad de recarga.
Sea lo que sea, y sin analizar de dónde viene ni saber hacia dónde va, la historia se presenta como algo repetitivo a nivel histórico, algo insustancial a nivel de importancia, y algo poco determinante a nivel de desarrollo de los personajes. No es un gran crossover, eso queda muy claro nada más terminar de leerlo, ni siquiera una gran historia, y aunque muchos podrían decir que cinco números no dan para más, haría falta mucho texto para listar el número de arcos argumentales más cortos que son de mejor calidad y trascendencia.
Al menos, gracias al Señor, el amplio equipo de guionistas trabaja de forma conjunta y a la perfección para evitar errores, agujeros y diferencias que muestren una diferencia de calidad o saltos entre unas páginas y otras. Porque si hay algo que hay que evitar a toda costa en los cruces entre colecciones, es la marcada diferencia de estilos o ideas que pueden surgir entre los diferentes creadores que trabajan en él.
Esto último se podría aplicar, más si cabe, al apartado artístico, donde grandes diferencias de calidad o estilos pueden desvirtuar la lectura del tirón del tomo. Sin embargo, en esta ocasión no es así, y aunque no estamos ante algo de gran calidad, sino más bien mediocre, al menos se puede considerar como un sacrificio según el cual podemos mantener un retrato lineal de todo el arco argumental.
Es cierto que muchos temían un enorme bajón de calidad posterior a la marcha de Geoff Johns y compañía de la «sección Linterna Verde» de los Nuevos 52, y aunque es justo decir que no ha sido así, tampoco puedo estar de acuerdo con las opiniones que afirman que el cambio se ha mantenido firme con un resultado más que digno. Para un servidor, aunque la nueva etapa tiene potencial, queda mucho por demostrar, y animaría a los guionistas a intentar desarrollar el amplio universo de los diferentes Lanterns siguiendo su propio estilo, y no intentando imitar o estirar la aclamada etapa de Johns.