Al fin tenemos entre manos uno de los lanzamientos más esperados del año, y nos llega de la mano de ECC Ediciones en un primer tomo, Liga de la Justicia 3000 Nº 1, que recopila los cuatro primeros números originales de la serie USA.
En un intento de recuperar el espíritu de aquella exitosa Liga de la Justicia de los años 80, DC Comics reunió J.M. DeMatteis, Keith Giffen y Kevin Maguire para una serie cuya premisa sería dar rienda suelta a los deseos y estilo propio de sus creativos. Sin embargo, alguien decidió que los dibujos de Maguire no convencían para la serie y no encajaban con su premisa, por lo que este fue sustituido por Howard Porter.
Con este cambio como losa, y rodeada de un halo de misterio impropio de los grandes lanzamientos, Liga de la Justicia 3000 llegó a las tiendas para mostrarnos a una Liga de la Justicia «resucitada» en el siglo XXXI. Pero ojo, porque esta no es la Liga tal y como la conocemos, porque aunque son ellos mismos, sus recuerdos y habilidades se han visto alterados de forma involuntaria, dando como resultado situaciones de lo más variopintas.
Es esto último lo que abre las puertas para la libertad creativa de los guionistas, ya que aunque tenemos a los mismos Superman, Batman, Wonder Woman, Flash o Linterna Verde de la actualidad, sus personalidades y poderes han sido redefinidos (al igual que sus trajes) de una forma que favorece lo que todos esperamos de esta serie: humor, diversión y acción. De esta forma, nos encontramos ante unas dinámicas de lo más hilarantes, fruto por ejemplo de la incompatibilidad total entre Superman y Batman, la soberbia y el egocentrismo del Hombre de Acero, la ausencia del trauma de Bruce Wayne causado por la muerte de sus padres, y la violencia de Wonder Woman, por nombrar algunas cosas. Esto, sumado a los recuerdos de poderes que ya no tienen, o que funcionan de forma diferente, da como resultado un escenario cómico lleno de chanzas que llegan una tras otra sin apenas descanso. Como bien dicen en la introducción del tomo, casi podría decirse que estamos ante una comedia de situación de las de toda la vida.
¿Y cómo y dónde situamos todo esto? Pues nos encontramos en un futuro distópico donde todo transcurría de forma apacible y feliz, hasta que de repente un día llegaron Los Cinco, unos seres súper poderosos catalogados como dioses que han impuesto su reinado por toda la galaxia a base de terror y fuerza. Como medida para luchar contra esto, un trío formado por dos gemelos y una joven (que ahora reniega de estas prácticas y es una fugitiva) llevan a cabo unos experimentos para «revivir» a la mítica Liga de la Justicia con la esperanza de que sean su salvación.
Así pues, es de imaginar que además del comentado humor que no puede faltar con estos guionistas, la serie contará con una elevada dosis de acción. Y así es, y en grandes cantidades, pero también cuenta con suspense y misterio, ya que DeMatteis y Giffen optan por seguir la senda de una trama ya comenzada que va revelando detalles a medida que continúa su avance, incluyendo los clásicos cliffhangers de página final.
En el apartado gráfico, la marcha prematura de Kevin Maguire hizo pensar en lo peor, pero hay que ser sinceros y decir que el trabajo de Howard Porter, que además fue quien llevó a cabo el rediseño de los personajes, ha conseguido estar a la altura. Porter nos entrega unos dibujos muy completos y detallados, algo complicado en un entorno futurista, caótico y decadente como el que se presenta, y lo hace con una calidad digna de mención. El uso de las perspectivas parece ser juego de niños para él, y esto es algo que le ayuda sobre manera a plasmar una narrativa visual sencilla y fluida. Los personajes lucen espectaculares, y pese a no ser del todo de mi agrado, sus expresiones faciales consiguen transmitir los bocadillos que los guionistas han llenado con palabras. Estamos ante un cómic en el que el dibujo no puede fallar, y con Porter parece estar en buenas manos.
Cierto es que las expectativas eran altas, sobre todo por el recuerdo que todos tenemos del trabajo de estos guionistas con la Liga hace muchos años. Todos esperábamos ver eso aquí, y lo cierto es que así ha sido, y lo ha sido por el humor del que han sabido impregnar la obra. Su gran virtud, pero también su gran error, porque para un servidor, se supera en varias ocasiones el límite que separa lo gracioso de lo repetitivo, corriendo muy a menudo el riesgo de hasta resultar pesado. Aún así, y por el momento, un cómic muy disfrutable que nos aleja momentáneamente de lo que estamos acostumbrados a ver en las estanterías de DC Comics.