[Reseña] Batman Eterno Nº 4

Batman Eterno Nº 4

Continúa la publicación de la serie de la mano de ECC Ediciones, que con este Batman Eterno Nº 4 nos presenta los números del 13 al 16 de la edición norteamericana.

Como en los tomos anteriores, el elenco de guionistas se eleva hasta cinco, con un equipo formado por James Tynion IV, John Layman, Ray Fawkes, Scott Snyder y Tim Seeley. En el caso de los dibujantes, esta vez son tres los que aportan su trabajo: Dustin Nguyen, Jason Fabok y Mikel Janin.

Lo curioso es que, contando con tantas cabezas pensantes como cuenta esta serie, los muchos hilos abiertos tengan un desenlace tan predecible como tienen. Quitando la difícil situación en la que se encuentra James Gordon, cuyo misterio sigue sin resolver, el resto de hilos encuentran con un final de lo más simple, justo aquel en el que el lector está pensando desde poco después de comenzar.

En el centro tenemos la resolución de la guerra de bandas entre el hijo pródigo Carmine Falcone y el Pingüino, con un primero que ve como su poder sobre la policía se derrumba gracias a un novato, y un segundo que decide tomar cartas en el asunto él mismo con un enfrentamiento directo. Es precisamente el novato, Bard, el que confecciona el plan (junto a un grupo de apoyo) que acaba con el breve reinado de Forbes como Comisario, que se lleva de la mano a Falcone (y al Pingüino de rebote) y deja al Alcalde en una situación comprometida. Sin embargo, no todo es tan bonito como parece, porque aunque Bard se erige como un clon de Gordon, un salvador de la ciudad, Batman descubre en él un lado ligeramente oscuro, un punto extremo hasta el que está dispuesto a llegar con tal de conseguir sus objetivos. Veremos por dónde se desarrolla esto.

Por otro lado tenemos la propia historia de Gordon, con una Barbara / Batgirl que se va por su cuenta a intentar descubrir al auténtico culpable del asunto. Resulta curioso ver lo fuera de sí que está Barbara, completamente enajenada hasta el punto de excederse en los métodos y dejarse llevar por los sentimientos, sobre todo si la comparamos con un tranquilo y sosegado Hombre Murciélago. El caso es que Batgirl está tan desatada que Batman le pide a Capucha Roja que la supervise.

En cuanto al propio Gordon, encerrado en Blackgate y a la espera de juicio, parece que su confianza comienza a ser minada y el policía más laureado de Gotham duda de su propia inocencia y de su capacidad actual para hacer el trabajo que antaño se le dio tan bien. Para colmo, se presenta ante él su hijo, al que creía muerto, que no solo le apuñala psicológicamente, sino que le invita a seguir una senda muy tentadora que iría contra sus principios. Le abre, literalmente, las puertas de la prisión.

Finalmente, queda el hilo de lo que transcurre en el Asilo Arkham, algo que, a priori, parece no pegar ni con cola, pero que seguro que al final va a ser el centro de todo lo que está ocurriendo. Aquí, Batwing y Jim Corrigan visitan el Asilo para investigar una fuente de magia maligna que se esconde en su interior. La investigación, después de pasar penurias y de costarles casi la derrota / muerte, les lleva ante la ¿hija del Joker?, y descubren que todo lo que está ocurriendo en Arkham, y digo yo que posiblemente en Gotham, es provocado por un poderoso enemigo (que no revelaré para evitar spoilers).

Comentando brevemente el trabajo artístico, hay que decir que se trata de algo bastante correcto, muy detallado y muy centrado en dar esa ambientación de misterio que rodea al argumento. Ahora bien, poniendo una pega destacable, tenemos el baile de lápices que se produce siempre que hay varios dibujantes, aunque esta vez con Nguyen como lastre principal por su calidad inferior y su estilo diferente al de Fabok y Janin.

En definitiva, nos encontramos ante unos números intermedios que cierran hilos, pero que no resuelven. Esto tiene toda la pinta de ser algo que solo podremos juzgar como se merece cuando se haya echado el cierre final.