[Reseña] Jóvenes Titanes: Tierra Uno

Jóvenes Titanes: Tierra Uno

ECC Ediciones nos trae el tomo Jóvenes Titanes: Tierra Uno, que en realidad es la versión en español del tomo homónimo publicado originalmente en USA.

Del mismo modo que ya se ha hecho con Batman y con Superman, DC Comics nos trae lo que sería el origen de la versión de la Tierra Uno de los Jóvenes Titanes. El encargado de escribir el guión ha sido Jeff Lemire, un tipo de lo más interesante gracias a trabajos recientes como Animal ManGreen Arrow, por lo que el tomo se antoja, cuanto menos, atractivo.

Sin embargo, pese a la predisposición inicial, he de decir que me he sentido ligeramente decepcionado. Lemire parece no haberse esforzado lo más mínimo, presentando una historia nada original y nada arriesgada, que recuerda demasiado a los Runaways de Marvel Comics.

Esa historia gira en torno a un grupo de de adolescentes que, fruto de un desencadenante (una voz que oyen en su cabeza que resulta ser la de Starfire), empiezan a ver cómo despiertan en ellos una serie de habilidades especiales. El hecho de que se muestren sus poderes hace saltar la alarma, revelando que, en realidad, toda su vida ha sido una mentira. Ni sus padres son sus padres, ni sus orígenes son los de unos niños normales, ya que han sido experimentos de laboratorio. Esta situación hace que el grupo se una, formando una versión primigenia no oficial de los Jóvenes Titanes.

Ahora bien, al César lo que es del César. La historia, pese a la poca originalidad y debido a su simpleza en diálogos y puesta en escena, se hace entretenida y fácil de leer. De hecho, casi se pasa de la raya, recibiendo un toque demasiado infantil en ciertos momentos, pero manteniendo el tipo los suficiente como para que continúes leyendo sin sensación de aburrimiento. No veo originalidad tampoco en las personalidades de los miembros del grupo, pero al menos son diferentes, están bien definidas y encajan perfectamente para proporcionar drama, humor y camaradería.

Los dibujos corren a cargo de Rachel y Terry Dodson, que hacen un trabajo encomiable y de calidad, adaptando el estilo al tono adolescente de la obra, muy similar al de unos dibujos animados. Aunque en algún caso se alejan del diseño original de algún personaje, tampoco ha habido nada transgresor, algo que va muy en la línea de lo que marca el guión.

Como era de esperar, la pseudo-formación del grupo, el reciente descubrimiento de sus orígenes y la poca o nada información revelada sobre Starfire y Raven, hacen que todo quede en el aire de cara a un segundo volumen. Curiosamente, un material del que el lector se queda con ganas. Veremos pues cómo se desarrolla la serie sin tener que lidiar con ese lastre que es la historia de origen de un personaje.