[Reseña] Batman: Destino de Caballero

Batman: Destino de Caballero

Aquí os traigo la reseña del tomo de ECC Ediciones Batman: Destino de Caballero, que recopila la maxiserie Batman: Journey Into Knight al completo (12 números).

Cuando del futuro se encargan las series regulares y el pasado está grabado en piedra, ¿por qué no lanzar una serie limitada que rellene algo del hueco de esos años en los que Bruce Wayne hacía sus primeros pinitos como Cruzado de la Capa?

Esa fue la tarea de la que se encargó el guionista Andrew Helfer a mediados de la década pasada, presentando a un inexperto Batman en sus comienzos como luchador contra al crimen, y paralelamente a un inexperto Bruce Wayne que aún lucha por superar la muerte de sus padres y se ve a punto de hacerse con el control del legado de su familia.

Eso sí, lejos de centrarse en un único camino, Helfer presenta diversas tramas que se entrelazan y que, sorprendentemente, se alargan en el tiempo hasta un punto que parece innecesario, pero que al final descubrimos que no lo es. Rodeado de maestría, se ve que la obra fue concebida como un todo, con un principio y un final definidos antes de empezar, y cada acto tiene consecuencias en el resto independientemente de dónde y cuándo tenga lugar.

Así, a bote pronto, nos encontramos con una ola de incendios en una de las zonas más desfavorecidas de la ciudad; un hombre que, tras visitar una extraña cueva en Sudamérica, contrae una enfermedad que hace que cualquiera que se acerque a él muera; una trama de corrupción dentro de Industrias Wayne para hacerse con el control de cierta zona de la ciudad y la propia empresa; una nueva droga; y algo extraño que se cuece en el interior del Asilo Arkham. Esto y más, todo ello aparentemente inconexo, pero no lo está.

Helfer nos confunde con detalles separados aquí y allí que hacen avanzar tramas separadas, pero que al avanzar el tomo se van enlazando poco a poco sin que apenas te des cuenta, como debe ser. Entre medias, Batman/Bruce baila de un lado a otro, siempre como un joven inexperto que no hace más que meter la pata, pero que aprende rápidamente de los errores.

Como no podía ser de otra forma, el Joker se deja ver, y de forma prominente, ya que se vuelve en total y absoluto protagonista en la segunda mitad del tomo. Eso sí, su aparición no es repentina ni forzada, sino que es consecuencia de algo que ha ocurrido y está relacionado con otras tramas paralelas, orquestando un plan ante el que sucumbe el propio Batman de forma irremediable.

El dibujo, por su parte, corre a cargo de Tan Eng Huat, que nos brinda un arte espectacular y digno del Caballero Oscuro. A pesar de esto, sus trazos son limpios y sencillos, y se centran bastante en las expresiones faciales y corporales, dotando a los personajes de mucha expresividad. Destaca que, al encontrarse Batman en sus primeros años y no ser todavía un individuo tan consumido por la oscuridad, el tomo en general presenta una ambientación más luminosa de lo que nos tiene acostumbrado el personaje, aunque existen variaciones en función de la situación.

En definitiva, Batman: Destino de Caballero es una obra que merece la pena leer. Primero por su calidad, tanto narrativa como artística, y segundo por esa labor de llenar huecos en la larga historia de este superhéroe.