[Reseña] Harley Quinn Nº 2

Harley Quinn Nº 2

Ya tenía yo ganas de echarle el guante al tomo Harley Quinn Nº 2 de ECC Ediciones después del buen sabor de boca que me dejó la primera entrega.

En esta ocasión, el tomo tan solo incluye dos números de la serie regular original USA, el 9 y el 10, ya que incluye también los especiales Harley Quinn Invades Comic-Con International: San Diego Nº 1, Harley Quinn: Futures End Nº 1 y Harley Quinn Annual Nº 1. Eso sí, todos con guión de la pareja formada por Amanda Conner y Jimmy Palmiotti.

Y pese al gran contenido de números ajenos a la serie principal, digamos que el tomo puede disfrutarse sin ningún problema del tirón, puesto que los guionistas no cambian y la esencia es la misma. Seguimos contando con una Harley Quinn irreverente, desenfadada, caradura, violenta y loca de atar, pero siempre desde ese punto cómico e inocente que le caracteriza.

La primera historia es el cómic exclusivo de la Comic Con Internacional de San Diego, donde la propia Quinn visita junto a sus vecinos de edificio la convención más importante del mundo del cómic. La trama tiene como hilo central la intención por parte de Quinn de entregar su portafolio a los directivos de DC Comics para que le contraten como dibujante. Sin embargo, hasta que finalmente consigue reunirse con Jim Lee, el personaje pasa por todo tipo de situaciones de lo más estrambóticas. El número está completamente lleno de referencias, guiños y homenajes, y probablemente hará las delicias de aquellos afortunados que han podido acudir alguna vez al evento. El apartado artístico es igual de loco que la historia, con una amalgama de dibujantes que más o menos siguen la misma línea, aunque algunos mejor que otros.

El anual, por su parte, se basa en uno de los clásicos del personaje, que es la relación con Hiedra Venenosa. La trama, muy sencillita por cierto, gira en torno a un rescate de Hiedra, que se encuentra recluida en Arkham. Una vez dentro, Harley descubre que su amiga trabaja para dos doctores del Asilo contra su voluntad. En la pelea para consumar el rescate, se rompe un frasco de un gas alucinógeno que hace que los cuatro presentes empiecen a sufrir alucinaciones de lo más variopintas. Es aquí cuando comienza realmente lo más divertido, gracioso y entretenido del cómic, una serie de situaciones extrañas que sirven además para combinar perfectamente el trabajo de los múltiples dibujantes que han participado en el número.

En cuanto al especial de Futures End, la historia nos lleva a una isla perdida en medio de la nada donde acaba Harley Quinn después de estrellarse el avión en el que viajaba hacia sus vacaciones. Allí es encontrada por un grupo de nativos que le considerarán una diosa, la mujer perfecta para hacer compañía a su dios, que sorprendentemente es el Joker. Tenemos aquí pues una completa dinámica clásica entre estos dos personajes que se quieren y que se odian a la vez. Bueno, en realidad él la odia y la utiliza, y ella está completamente enamorada. En cualquier caso, la dinámica es hilarante, y el número está lleno de humor, violencia gratuita (con estos dos es lo que toca) y entretenimiento. Una vez más, la trama no es que sea súper profunda o elaborada, pero la diversión está garantizada.

Pasando ahora a los números de la serie regular, en el número 9 retomamos el final de lo visto en el 8, donde un tipo obsesionado con Harley Quinn se hace pasar por policía y la detiene tras una revuelta provocada por ella en los bajos de su edificio, llevándola a su casa para su disfrute personal. Harley, por su parte, se presenta tranquila y logra convencer al fan para que le deje marchar, e incluso le invita a ir al psicólogo para curar su psicopatía y, quizás, en un futuro poder tener una cita con ella. Nada demasiado importante salvo que volvamos a ver a este hombre metiendo las narices en la vida de Harley. Eso sí, el cómic comienza con una secuencia donde una de las vecinas de Harley visita a su hijo en la cárcel, estableciendo la base para una futura trama.

El dibujo de este número 9 corresponde a John Timms, que ya participó en parte del especial de la Comic Con, y del que lo cierto es que solo se pueden tener buenas palabras. Timms sabe capturar perfectamente la esencia del comportamiento de Harley, y la expresión facial y corporal que consigue del personaje es lo que cabría esperar de alguien así, a pesar de que se acerca mucho al estilo de los dibujos animados. Eso sí, aún inexperto con el personaje, quizás le falta aún un poco de inventiva e iniciativa a la hora de volver las situaciones más absurdas con sus dibujos.

Para terminar, el número 10 se presenta como un título gracioso y absurdo por igual. Lo mismo tenemos a Harley Quinn en su primera pelea clandestina del club de patinaje en el que ingresó números atrás, como se nos adelanta una futura trama que viene del espacio exterior y en la que contaremos con Power Girl como invitada especial. Todo ello, como habitualmente, rodeado de humor absurdo, violencia desmedida y la mano de Timms, que continúa en la línea del número anterior.

Al final, con lo que nos quedamos es que con que se confirma que Conner y Palmiotti han dado con la fórmula perfecta para el personaje. Han conseguido alcanzar el equilibrio adecuado de humor, violencia, absurdidad, locura, drama, diversión y entretenimiento para que el personaje sea sumamente atractivo, y al éxito me remito. Cierto es que el personaje recuerda sobremanera al Masacre de Marvel por esa actitud y esos giros de 180 grados en los que pasa de un comportamiento normal a la completa locura, pero está comprobado que este perfil gusta al público. No estaría de más comenzar a establecer una trama grande que se vaya conduciendo por detrás, pero si los próximos números continúan por la línea del entretenimiento puro y duro, que lleguen ya.