[Reseña] Batman Eterno Nº 5-8

Batman Eterno Nº 8

Continuamos con las reseñas de la serie Batman Eterno, que con ECC Ediciones nos llegan en forma de varios tomos y que, de una tacada, os dejo mi opinión de cuatro de ellos, los que van del número 5 al número 8.

Comenzando por el número 5, que empieza en el número 17 USA original y alcanza ya el 20, nos encontramos con una mera continuación de lo ocurrido en números anteriores, manteniendo el ritmo endiablado de acción y misterio en varias historias separadas que parecen no estar relacionadas. Cierto es que ya hay atisbos de qué ocurre en Arkham (donde continúan Jim Corrigan y Batwing), y Batman se empieza a oler que lo que pasa en las calles no puede ser una casualidad, pero con Gordon aún entre rejas y todo patas arriba, no queda mucho tiempo para investigar como Dios manda.

Afortunadamente, parece que el camino se despeja para Gordon gracias a una cruzada emprendida por su hija. Batgirl, Batwoman y Capucha Roja viajan a Sudamérica para seguir una pista que les lleva a dar con el culpable del accidente de metro. Sin embargo, por otro lado, crece la desconfianza de Batman y del propio lector hacia el Teniente Bard, un tipo que empieza a no ser lo que nos parecía en un principio. Otros secundarios que cobran protagonismo son Harper Row, que viaja con Red Robin (que la acoge como aprendiz, o eso parece) a Japón para encontrar respuestas, y Stephanie Brown, que sigue escapando de Cluemaster (su padre).

A partir de aquí, en los tres tomos siguientes, la cosa no hace más que ir en aumento. Ahora ya sabemos que todos lo que ocurre en Gotham está relacionado, aunque sin revelarse el lienzo completo. El caos en las calles, Cluemaster y su banda, el nanovirus, Arkham y todo lo demás responde ante un culpable que no es otro que Silencio.

Cuando parecía que la cosa empezaba a ir bien, con Gordon exculpado, el villano revelado, la lucha en Arkham a nuestro favor, Cluemaster entre rejas y demás, todo sufre un golpe de efecto tan grande que nos vuelve a poner de rodillas. Para empezar, Bard asciende a Comisario justo en el momento en el que se desvela que trabaja para Silencio, y esto sirve para comprender por qué la policía no libera a Gordon ni ayuda a sofocar el fuego. Para colmo, asaltan la Mansion Wayne y secuestran a Alfred, que acaba encerrado en un Arkham donde Blackfire se revela como el poderoso ser que ha vuelto de la muerte, poniéndole las cosas difíciles a Corrigan y Batwing.

En la línea argumental que, por el momento, aún parece seguir por su cuenta, Catwoman sigue lidiando con la mafia merced al reciente descubrimiento de la identidad de su padre, y acaba pasando por un trauma que promete ser un punto de inflexión para el personaje. Esto mismo puede ocurrir con Harper Row y Stephanie Brown (ahora Spoiler), que siguen ganando peso en la serie y que ahora incluso protagonizan momentos de vital importancia, o con la hija de Alfred, que asume el puesto de su padre como Penny-Two (y de forma magistral) mientras está secuestrado.

En definitiva, Scott Snyder y James Tynion IV demuestran haber diseñado una historia potente, llena de acción y digna de leer, por muy manida que le pueda parecer a algunos. El villano de turno, en este caso Silencio, ha puesto en marcha un enorme plan súper elaborado para acabar con Batman no solo directamente, sino también indirectamente hacia todo lo que le rodea, un clásico entre clásicos. Seguimos sin saber todavía cómo está relacionado todo, y aún quedan muchas preguntas por responder, pero dado el desarrollo que estamos siguiendo, es seguro que pronto encontraremos esas respuestas.

El apartado artístico, por otra parte, es una auténtica locura. En estos cuatro tomos participan tantos dibujantes diferentes que necesitaríamos otro post para nombrarlos a todos. Esto, lógicamente, tiene consecuencias negativas, ya que la amalgama de estilos es tal que a veces dan ganas de tirarlo todo a la papelera. No existe continuidad, no existe conjunción y no existe regularidad. Los altibajos son constantes, y a veces muy señalados, contando con auténticas obras de arte o con viñetas que dan hasta vergüenza. Lo ignoras todo porque quiere seguir leyendo, porque hay intriga y porque quieres enterarte de cómo avanza la historia, pero desde luego el dibujo no es uno de los puntos fuertes de esta serie.

Aún así, pese a todo, no puedo hacer más que recomendar Batman Enterno. Las razones son sencillas: tiene todos los elementos clásicos del Batman moderno, todo está bien elaborado y orquestado, y la galería de personajes, tanto nuevos como clásicos, es larga como un día sin pan. Y qué demonios, entretiene.