Aunque ECC Ediciones publica por separado las series regulares de los principales grupos y personajes, cuando hay algún que otro cruce suele publicar un tomo aparte, tal y como ha hecho con Liga de la Justicia: El Trono de Atlantis, que recopila Aquaman Nº 14-16 y Justice League Nº 15-17 USA.
Este pequeño cruce es lo que es, y a nadie engaña. Geoff Johns se ha propuesto, por sus santas narices, que Aquaman sea una pieza angular de los Nuevos 52 y que su «pequeño universo» sea por fin tomado en serio. Para ello, ideó esta historia en la que, después de renunciar Arthur Curry al trono de Atlantis y ser ocupado este por su hermano Orm, se produce un incidente que desata la guerra entre Atlantis y el mundo de la superficie.
Ojo, que no tengo nada en contra, porque si hay algo que ha hecho bien Johns (de nuevo) es dotar a Arthur de una personalidad que ha generado placer y seriedad en la lectura de los nuevos cómics de Aquaman, algo que los fans venían demandando desde hace mucho tiempo de puertas para afuera.
El caso es que este conflicto bélico sirve para acabar de situar al personaje en este nuevo orden mundial donde los superhéroes han tomado el mando y la Liga de la Justicia ya se ha establecido. Orm amenaza con destruir a los humanos, mientras que estos no se van a quedar de brazos cruzados a la hora de defenderse. En medio, un Arthur Curry que busca proteger sus orígenes pero, a la vez, el mundo donde se ha criado.
En base a esto, Arthur debe mediar entre la Liga de la Justicia y su hermano, con unos que no confían en él del todo por ser atlante, y el otro que siente que ha traicionado a su mundo. Al final, gracias a su actitud, Aquaman se gana el favor de la Liga, pero genera un rencor en su hermano que tendrá repercusiones en el futuro del personaje.
En los dibujos, puesto que estamos ante números de dos series diferentes, tenemos a un elenco formado por Ivan Reis, Paul Pelletier, Pere Pérez y Pete Woods. Como os podéis imaginar, el premio gordo se lo lleva Reis, dibujante principal de la serie de la Liga, y destacable por encima de sus tres compañeros. No es que el trabajo de Pelletier, Pérez y Woods esté mal, pero si comparamos con Reis salen perdiendo hasta el punto que se nota claramente cuándo se produce el cambio en las páginas del tomo.
El tomo, pese a poder leerse de forma independiente, es vital para el devenir de la historia de la Liga de la Justicia y, sobre todo, de Aquaman. Johns ha conseguido construir otra vez una historia interesante, intensa y llena de contenido importante y trascendente, y la calidad de los dibujos que la acompañan no hacen más que resaltar la calidad de la etapa que nos ocupa.