[Reseña] GAB: Doug Moench y Kelley Jones – Génesis Oscura

GAB: Doug Moench y Kelley Jones - Génesis Oscura

Con Grandes Autores de Batman: Doug Moench y Kelley Jones – Génesis Oscura, ECC Ediciones cierra, como su título dice, la etapa de Moench y Jones al frente de la serie regular Batman.

Además de darnos los nombres de los autores, el subtítulo Génesis Oscura no solo sirve para ponerle una etiqueta al contenido del tomo, sino también a toda la etapa en general, donde guionista y dibujante optaron por centrarse más en el aspecto gótico y bizarro del universo Batman en lugar de en el aspecto detectivesco o del vigilantismo.

Tal es así, que Moench no solo prefiere rescatar a los villanos de aspecto más monstruoso o relacionados con lo sobrenatural, sino que en esta ocasión decide mezclar al siempre atractivo Joker con el mundo de la magia negra y los asuntos demoníacos. En la historia aquí incluida, el Príncipe Payaso del Crimen decide invocar al mismísimo Diablo aprovechando los conocimientos adquiridos durante su estancia en Arkham, pero el resultado no es el esperado y su invocación atrae a Etrigan. Juntos, alcanzan un acuerdo que les llevará a intentar destruir Gotham.

En otra parte del tomo, y como no podía ser de otra forma, Moench recupera a otro Clayface, esta vez un descendiente creado por accidente que es capaz de derretir objetos con la mente. La historia recuerda a la creación del Monstruo de Frankenstein, ya que este nuevo Clayface sale de un laboratorio y, a pesar de su mortífero poder, se encuentra confundido y solo quiere encontrar a sus padres.

El tomo continúa con una historia centrada en Ragman, una especie de leyenda judía que resulta ser cierta, y que gira en torno a una entidad que ataca a los malos y les arranca sus almas transformándolas en retales de su traje. En esta historia veremos como el huésped de Ragman lucha por mantener a raya al espíritu, que parece haberse desmadrado y no duda en cruzar la línea que va más allá del castigo en vida.

Finalmente, quizás para poner un broche final de cordura, tenemos una historia centrada en un Pingüino que se ha cansado de ser el que dirige el cotarro y decide volver a la acción de forma personal y directa. Esta historia, que intercala flashbacks sobre la infancia y el pasado del villano, viene a poner de manifiesto que el Pingüino es, como siempre a sido, un tipo al que Batman no debe subestimar.

En cuanto al dibujo, Jones básicamente se presente como el brazo artístico ejecutor de Moench, haciendo lo mismo que su compañero, pero con imágenes en lugar de con palabras. Si al guionista ya le gustaba de por sí hacer a Batman y compañía menos humanos de lo normal, destacando los aspectos más oscuros y sobrenaturales de ellos, el dibujante va obviamente más allá. Su Joker, su Etrigan, su Pingüino son diferentes y grotescos, pero es Batman quien se lleva la palma. Podrá gustarte o no, pero no se puede negar que es lo que más encaja con el estilo que la pareja creativa ha querido imprimir desde su llegada.

A modo de resumen, esta etapa no ha sido precisamente una de las que más en gracia me haya caído, pero sí ha sido diferente e interesante para ver cómo han ido variando las interpretaciones del Cruzado de la Capa con el paso de los años. Si eres fan de nuestro querido murciélago, este tomo, así como los anteriores, deberán estar en tu estantería.