The Hollywood Reporter informa que la Corte Suprema de los Estados Unidos ha declinado revisar una sentencia que afirma que el Batmóvil no es simplemente un automóvil, sino que es lo suficientemente distintivo como para garantizar protección de derechos de autor.
Mark Towle, que previamente creó réplicas sin licencia de los Batmóvil des 1966 y 1989, pidió a las cortes en enero que considerasen esta disputa de hace 5 años con DC Comics. La compañía había demandado a Towle en 2011, afirmando que su Garaje de Gotham violaba sus marcas registradas y derechos de autor al fabricar las réplicas, que vendió por unos 90.000 dólares cada una.
Towle argumentó que el Acta de Derechos de Autor de Estados Unidos no protege a los “artículos útiles”, definidos como objetos que tienen “una función utilitaria intrínseca”. En resumen, que el diseño del Batmóvil es meramente funcional.
Sin embargo, un juez federal no aceptó ese argumento, decretando en febrero de 2013 que los elementos funcionales son solo funcionales en el sentido en que ayudan a Batman a luchar contra el crimen en las series y películas ficticias de Batman. Además, la utilidad del Batmóvil es como arma.
Towle apeló esa decisión, pero la Corte del Noveno Circuito de Apelaciones no estaba por la labor, decidiendo en septiembre que el Batmóvil tiene casi siempre un aspecto como el de un murciélago, con una carrocería temática de murciélago, alas de murciélago saliendo de la parte superior o posterior del coche, guardabarros exagerados, parabrisas curvado y emblemas de murciélago sobre el vehículo. Esta apariencia de murciélago ha sido un tema consistente en los cómics, series de televisión y películas, incluso aunque la naturaleza precisa de las características hayan cambiado con el tiempo.
En su petición a la corte, Towle insistió en que la Oficina de Derechos de Autor de Estados Unidos afirma que los automóviles no están sujetos a derechos de autor, y que el Noveno Circuito simplemente creó una excepción arbitraria. También argumentó que ha habido docenas de Batmóviles en los cómics durante décadas que variaron dramáticamente su aspecto y estilo, por lo que el vehículo no tiene los atributos físicos consistentes e identificables requeridos para ser considerado como un “personaje”.