Habiendo digerido a estas alturas la irrupción de Escuadrón Suicida en el Universo Cinematográfico de DC (a partir de ahora, DCEU), hemos creído oportuno comenzar a desentrañar las claves de la creciente división de opiniones que parecen acompañar a cada film que lleva la estampa de DC en el póster promocional. ¿Es casualidad que las tres películas con las que consta el DCEU hasta ahora –El Hombre de Acero, Batman v Superman: El Amanecer de la Justicia y Escuadrón Suicida– hayan generado tantos comentarios diametralmente opuestos?
Antes de meternos en el meollo, aviso a navegantes: esto NO es un artículo incendiario (el primero de dos) que pretende comparar el universo de Marvel con el de DC. En ciertas ocasiones sí se usarán ejemplos del UCM para ilustrar algo que se quiera transmitir, pero la idea no es mostrar algo como “bueno y un ejemplo a seguir” en detrimento de algo “malo a evitar”. Es un simple ejercicio de ejemplificación, y aunque existen otros universos fílmicos -como lo pueden ser el de Tarantino, o Matrix con sus cortos de Animatrix y demás-, creo que, por razones obvias, es el UCM el máximo espejo en el que se refleja -y quiere reflejarse- el DCEU.
Esto no es algo necesariamente negativo. A estas alturas es innegable el dominio de Marvel no solo a nivel de taquilla, sino también a un estrato mucho más “emocional”. El efecto fan. Y ojo, hablo tan solo a nivel de películas. Marvel crea unión, un sentimiento de pertenencia a algo. Es ahí donde entra esta absurda rivalidad sinsentido a la que algún que otro cineasta –Ayer, te miro a ti- se ha apuntado recientemente. DC, por el contrario, aún no ha conseguido ganarse a un público fiel que lo defienda a capa y espada en la red. Y eso incluye tanto al fandom general como al crítico en particular.
Es precisamente la crítica aquello que más chirría. Se habla ya de conspiración, de boicot a DC y demás memeces. Yo no creo en una conspiración contra DC; ahora bien, con Warner ya es otro cantar. No es ningún secreto que Warner es una compañía que causa mucha animadversión no solo entre el público, sino también dentro de la industria cinematográfica americana. ¿Por qué? Pues muy sencillo: sus políticas empresariales. Y esto es algo que se puede apreciar en el DCEU, pecan de una arrogancia sin límites. Por ejemplo, en España, y este es un caso que podéis verificar con tan solo dejarse caer por la taquilla del cine, existen una serie de promociones que nos incluyen entrada y palomitas a un precio reducido. Pero como decían en Astérix, ¿esto es aplicable a todas las películas? ¡No, a todas no! Existe una compañía de irreductibles corporativistas que resiste, ajeno siempre al mundo exterior. Exacto, nos referimos a Warner (la Evil Corp, para los seguidores de Mr. Robot). Y este ejemplo, que puede parecer algo bobo, no es más que eso, un ejemplo que es palpable al nivel de la calle. Dentro de la industria estas “excentricidades” son el pan de cada día. Embargos de críticas, vetos… así funciona Warner. Y esto, en menor o mayor medida, influye en la percepción que tenemos de ellos. ¿Puede que algunos críticos se dejen llevar por estos detalles? Es una posible explicación. Pero lo que no es discutible, al menos desde mi punto de vista, es el doble rasero que existe con las críticas entre cintas de Marvel y DC. ¿Qué tanto MoS como BvS, y ahora SS tienen grandes defectos? Sí, desde luego. Ahora bien: ¿son las tres un completo desastre? Ni por asomo. Con sus más y sus menos, las tres son un entretenimiento digno, con destellos de grandeza escondidos en el metraje.
Pero no os confundáis. No he venido aquí a defender a Zack Snyder. Ya lo hice en su día, y no me arrepiento de ello. Sin embargo, suyo es el mayor error, al menos a mi juicio, que lastra a este DCEU: Superman.
Me encanta Superman. Fue el primero, y en mayor o menor medida, todos los superhéroes beben de él. La capa, las mallas, los poderes, la identidad secreta. A veces, Henry Cavill es Superman. Pero ese es el problema: que solo lo es a veces. Y no creo que todo pueda reducirse a una mala elección de casting. Pienso más bien en dos temas: uno, el de la luz. Superman es un personaje luminoso, tanto que incluso sus propios poderes surgen de la luz solar. La luz es a Superman lo que la oscuridad a Batman, y estos filtros de Instagram tan a lo Nolan son algo que enturbia la imagen del Hombre de Acero. Al fin y al cabo, esto es cine de superhéroes. Mallas, poderes y todo eso. No hay que temer aquello que se está haciendo, pues si dudamos, el resultado se resiente. Por ejemplo, recordemos la estética de Thor o del Capitán América en Los Vengadores, la cinta de Joss Whedon. De veras, echadle un vistazo. Es horrible. Increíblemente hortera… pero es lo que tocaba. La película exigía colores vivos, casi extravagantes. Porque son superhéroes, no una banda de bondage.
Y si uno de estos dos defectos es precisamente esta falta de luz externa en el personaje, el otro factor que se echa de menos es la falta de luz interna. Superman, la fuente de esperanza (¿no significa eso su “S”?), alguien que debería gozar de un magnetismo inexplicable. Debería derrochar simpatía, optimismo. Sin embargo, en muchos planos -demasiados-, especialmente en BvS, Henry Cavill parece el malo de la cinta.
Por suerte en DC, aunque sea tarde, parecen haberlo entendido, y toda su mastodóntica maquinaria ha comenzado a girar para enderezar el rumbo. Superman ya no es el eje central de este universo: esa responsabilidad recae ahora sobre Bruce Wayne. Así lo demuestra la escena post créditos de Escuadrón Suicida, y el tráiler de La Liga de la Justicia. Y al César lo que es del César: Ben Affleck se lo ha ganado a pulso. Un poco como Ryan Reynolds, derrotado y lapidado por una mala adaptación de un personaje de cómic, consigue irse a la competencia y resurgir en un papel que parece adherirse a su piel. ¿Puedo decirlo sin que me linchéis? El Batman de Affleck me gusta mucho más que el de Bale. Al menos aquí sí reconozco a Batman. Espera, ¿Zack Snyder superando en algo a Christopher Nolan? Suerte que dije que no pretendía ser incendiario…
Dicho esto, me parece el mejor momento para una retirada a tiempo. Demasiadas cosas hay en el tintero para dar este artículo per terminado, así que ahí va un teaser de la futura segunda entrega:
- La política de separación entre series de TV y cine. ¿Tan mala idea como parece?
- El modelo DCEU frente al UCM. Serie episódica frente al tapiz.
- Wonder Woman. DC tomando la iniciativa.
Y supongo que algo más. Como decía uno de los mejores Batmans que ha habido -al menos, el más divertido-: ¡Nos vemos a la misma bat-hora, en el mismo bat-canal!